Si la vida está hecha de escalones. 15 formas para iluminar tus escaleras

***Advertencia: puede contener destripes cinematográficos***

Te detienes a observar tu ciudad desde arriba, envuelta en ese gris escuálido que la ha distinguido siempre.

Detrás de ti ves a los agentes. Tiras la colilla al suelo, sonríes: el lado oscuro que hay en ti toma el control y te lanza de cabeza a un descenso al infierno, el único lugar que te mereces.

Cada 4 escalones, una luz guía marca el ritmo de esta escalera, que es su escenario, y proyecta la luz tanto en el peldaño como en el contrapeldaño, desvaneciéndose gradualmente hacia el centro de la escalera.

Mientras la catarsis danzante sigue su curso, con el rabillo del ojo sigues el perfil de los escalones recortados en la pared y lees los cantos, el lado áspero de la vida, el único que realmente has conocido.

Te espera otra noche resplandeciente en la Gran Manzana, quizás la noche en la que tendrás tu final de temporada perfecto. Reflejada en la ventanilla del taxi, te miras una vez más con tu nuevo vestido de marca.

Con paso ligeramente vacilante sobre esos tacones altísimos, estás a punto de subir las escaleras del club recién inaugurado en la calle número veintisiete. Bajas la mirada para no tropezar y tu mirada se queda atrapa por un gran signo gráfico de luz que dibuja un principio ovalado que se abre hacia el peldaño igualmente ancho.

Destaca la parte central del escalón, así que puedes ver claramente dónde colocar el pie. La curva gráfica de la luz nace de la forma de la abertura en la parte frontal del dispositivo de iluminación.

De hecho, la forma es sustancia en esta ciudad.

Cambio de escena: te despiertas en tu piso unas horas más tarde.

Jadeante, subes y bajas por las escaleras buscando un vestido adecuado para el brunch con tus amigas durante el que admitirás que la noche fue un chasco. ¿Pero dónde lo has dejado, igual todavía está en la lavandería?

Las suaves líneas de ayer son solo un recuerdo, la marca gráfica de la luz que se expresa en el peldaño de tus escaleras dibuja en cambio un principio cuadrado, digno de tu carácter mordaz que te hace ser quien eres. También en esta ocasión, la forma de la luz está emitida por el frontal.

Suspiras: quien nace redondo no puede morir cuadrado, y viceversa.

Has jugado inteligentemente tus cartas, alguna mentira y alguna cosa no dicha y el clímax que ha tomado tu vida es totalmente ascendente. La escalada hacia la riqueza y la satisfacción te parece que ya está a tu alcance, concreta, no solo para ti, sino también para tu familia.

La luz, que observas mientras subes, deja en la pared una marca decisiva que refleja un rectángulo muy definido sobre el escalón. Una abertura estrecha, justo como la que has utilizado para colarte en la vida de los demás y pegarte como un parásito.

La luz solo acompaña los pasos de quien recorre escaleras que ya están parcialmente iluminadas, es fácil así, ¿no? Sí, es todo tan simple ahora, visto desde aquí.

Después de haberte regalado unos rápidos ascensos, la vida puede reservarte rocambolescas caídas que culminan en un espacio agosto y subterráneo. Una vida para transcurrir aquí abajo como el doble de otro, el correspondiente y opuesto que emerge de noche para robar algunas migajas dejadas por quien posee más, pero lo guarda para sí mismo.

El rectángulo de luz que se proyecta sobre el escalón siempre es estrecho, pero ahora la marca en la pared se duplica. La luz superior se adhiere a la pared hasta desvanecer gradualmente.

No puede existir la una sin la otra, en una lucha sin fin. La historia vuelve a repetirse.

La noche aún no ha dejado espacio al resplandor del amanecer, pero para ti el descanso ya es un lejano recuerdo. Bajo la capucha de la sudadera tu frente reluce de sudor: un último esfuerzo y habrás conquistado hasta la escalera más alta de la ciudad.

La escalera requiere un doble esfuerzo, perdón, puntos de luz en caso de que: su anchura útil sea importante y se quiera garantizar la seguridad del paso (foto 1); se requiera cierta simetría de la escalera para acompañar una salida o una entrada que presupone tonos triunfales (foto 2).

Esto último es lo que estás buscando. ¿Y si fuera un presagio de victoria?

Una terraza con vistas al mar desde la que se puede admirar una larga escalera que te guía hacia un tramo privado de costa. Se acaba de terminar otra fiesta mundana, tus invitados, a quienes ni siquiera conoces, han dejado la villa algo bebidos y fascinados por la abundancia de riqueza que alardeas.

Cuando tu objetivo es principalmente escenográfico, una instalación alterna de luces en la escalinata es lo que crea el movimiento correcto.

Desde lo alto de los escalones, sorbes el último cóctel contemplando la luz verde más allá de la bahía. Todo esto lo haces por ella. Si solo lo supiera.

Los guardias suben y bajan la escalera de granito con paso militar. El cuerpo de iluminación se recorta en el centro de la escena; sobre el peldaño, pisoteado por las tropas blancas, o sobre el contrañeldaño, dirige los dos flujos opuestos de soldados aparentemente imparables.

Mientras, escondido, esperas la luz verde de los otros rebeldes para entrar en la estructura imperial, tu atención se centra en el cuerpo del aparato: ya has visto la forma de casquete esférico.

¿Y si fuera un droide? Proyecta una luz a ras de doble emisión dirigida hacia los lados del peldaño, o monodireccional, si la atención está en el centro del escalón.
Adelante: te acercas a escondidas para descubrir algo más.

Lo que observas con mirada desencantada e irónica es el vacío de sentido, aliñado con el cotilleo, el bla, bla, bla, y los gritos de quienes bailan esa música ensordecedora convencidos de que esta es la vida.

Estás tú en la escena y, sin embargo, quieres mantenerte al margen para no mancharte como han hecho los demás; tal como está en la escalera, que estás bajando con dirección a la piscina, ese cuerpo de iluminación con forma casquete esférico. Se aparta en el peldaño y proyecta una luz monodireccional que se recorta a ras de la piedra.

Te detienes a la mitad de las escaleras, entre dos escalones, y embobado miras la luz. En realidad, estás pensando en otra cosa, en cómo a veces la vida puede reservarte todavía algo, un inconstante destello de belleza.

Ya no es un sueño de amor: es la fantasía que irrumpe y toma el lugar de la realidad que tanto te agobiaba, arrastrándote con ella hacia el abismo.
¿Cuál de los dos está salvando al otro?

Escalón tras escalón, los empotrados guían vuestro descenso con un ligero brillo amortiguado por el vidrio arenado. El LED de color crea un brillo delicado en la pared.

Flotando abres los ojos y por fin vuelves a respirar, mientras el aire - ¿o es agua? – se pinta de azul.

Ya has completado tu subida al reino del poder criminal; a partir de esta noche la ciudad de Miami debería postrarse a tus pies, mientras que, tras un puro y otro, das órdenes. Con solo una mirada, tus hombres te intuyen y te siguen como sombras.

La iluminación generada por un perfil lineal empotrado a ras del suelo debajo de la alzada del escalón, por toda su longitud, ilumina la alzada misma y da la sensación de una subida al escenario con redoble de tambores. Justo lo que necesitas para demostrar que ha empezado una nueva era en la ciudad y tú eres su rey soberano.

Al otro lado de la villa, otra escalera, otro perfil lineal esta vez colocado en el contrapeldaño, cerca de la esquina, crea un efecto escénico similar.

Envuelto en tu arrogancia, estás convencido de que bajarás escaleras iluminadas así para siempre, festejando en salones de banquetes con amplios jardines, como en la foto de abajo.

Pero pronto la certeza de que "el mundo es tuyo" se ahogará contigo.

6 de la tarde. Sales de la oficina sin aliento, caminas rápido en hora punta, en tu mente una lista de cosas que hacer antes de llegar a casa. Echas un vistazo al tráfico y sigues andando hacia la boca del metro.

Sin darte cuenta te dejas guiar por la línea diagonal de luz que recorre las escaleras, mientras se solapan tus pensamientos. Más escaleras, el andén, el tren está a punto de cerrar las puertas con un sonido agudo, apenas te da tiempo subir. Después de diez minutos vuelves a la superficie.

¿Y si no hubieras logrado cogerlo? ¿Y si las puertas del metro no se hubieran vuelto a abrir en el último momento?

Un lugar fantasmal y legendario, del que nadie, se dice, ha podido escapar vivo. Pero tú no eres como los demás.

El plan está bien planeado en cada detalle; lo llevas adelante con sangre fría junto a tus cómplices hasta la realización final. Has cavado con un simple utensilio, incansable, tu nueva oportunidad de colarte en el conducto de aire.

Ahora el ritmo de tus pasos silenciosos durante la huida está marcado por esos segmentos verticales de luz difusa que se cortan perpendicularmente como rendijas en la pared.

Parecen una invitación a la libertad, del otro lado.

Compartes la capa de la invisibilidad con tu mejor amiga. Ella consulta el mapa sin perder de vista los puntos en movimiento, mientras tú te ocupas del movimiento de las escaleras, que a estas horas cobran vida propia y tienden a subvertir direcciones y pisos.

Sigues la luz emanada por el perfil que yace en la profundidad del peldaño e ilumina de ras vuestras huellas, único rastro visible de vuestra presencia.

Los otros estudiantes os esperan con inquietud en la sala de los Menesteres. Saben que ya no pueden buscar la protección de adultos y profesores: la fuerza oscura la pueden combatir solos, como siempre has hecho tú.

Si no te concentraras enormemente, el vértigo te atacaría en un instante, pero llegados a este punto tu fuerza de ánimo es mayor.

Ninguna parte de la escalinata está iluminada directamente, los perfiles lineales con luz difusa, escondidos en los lados de las rampas, actúan sobre las paredes del llamado armazón de la escalera, que devuelve la luz indirectamente al recorrido.

De repente se recorta una sombra que asusta a la mujer que está ahí contigo: el drama se repite por segunda vez.

Aquí están todas las soluciones (cinematográficas):

1. Joker, 2019, Todd Phillips
2. Sexo en Nueva York, 1998-2004, HBO
3. Sexo en Nueva York 1998-2004,  HBO
4. Parásitos (primer acto), 2019, Bong Joon-ho
5. Parásitos (segundo acto), 2019, Bong Joon-ho
6. Rocky, 1976, John G. Avildsen
7. El Gran Gatsby, 2013, Baz Luhrmann
8. La guerra de las galaxias, 1977-2019, George Lucas
9. La gran belleza, 2013, Paolo Sorrentino
10. La forma del agua, 2017, Guillermo del Toro
11. El precio del poder, 1983, Brian de Palma
12. Sliding Doors, 1998, Peter Howitt
13. La fuga de Alcatraz, 1979, Don Siegel
14. Harry Potter, 2001-2011, Chris Columbus - Alfonso Cuarón - Mike Newell - David Yates
15. Vértigo, 1958, Alfred Hitchcock